Desde
que nuestro crecimiento se detuvo en 2012, el excedente de dinero empezó a
presionar cada vez más sobre los precios. Para los que creen que la emisión de
dinero de mala calidad no afecta al tipo de cambio el siguiente gráfico muestra
como, en un contexto de casi nulo crecimiento, la presión va acumulándose en el
tiempo hasta que en algún momento el ajuste sucede.
Y
se ajusta claramente lo que necesitaba ajustarse. A pesar de que economistas
expertos dicen que la devaluación de
comienzos de 2014 no ajusto lo necesario, la imagen nos da una idea de cómo en
la economía todo se complementa.
Desde 2012, la variación del tipo de cambio no
venia compensando la variación de la emisión que no generaba ni crecimiento y ni
dólares. Para fines de 2013, la diferencia entre la emisión monetaria y
respecto al tipo de cambio generaba una variación acumulada aproximadamente cerca de 23%. En enero de 2014
el tipo de cambio ajusta 26%, equilibrando nuevamente la balanza. Desde ese
momento, en los meses siguientes, el ajuste desaceleró la inflación. Sin
embargo, el gobierno se tentó nuevamente.
Como seguimos sin crecer
y el tipo de cambio casi no se mueve, la emisión ahora viene acumulando casi un
15% sobre la variación del dólar, que es, según los datos, lo que tal vez
debería moverse el tipo de cambio para calmar un poco “las aguas”. Esto
situaría al dólar cerca de los $10,35.
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